Colección: MESTAS

ORIGEN

El primer y único regalo que le hicieron a mi buen abuelo Adolfo Gallardo Molinos de 96 años cuando fue de zagal con 8 años fue un capote de pastor. Era basto y marrón, tirando a rojizo, abierto por delante y con una capucha en punta por detrás. En su pueblo, Paredesroyas, donde nacieron él y sus 10 hermanos, donde había nacido su padre Galo y su abuelo y bisabuelo, y donde ya no nace ni nacerá nadie, no había sastre. Lo hizo el sastre de Aldealafuente. Tenía el mismo color que las ovejas royas que pastoreaba, el mismo ocre oscuro que la misma tierra que pisaba y araba. Entre las ovejas, chiquitujo como era, por los pocos cerros y lastras del pueblo, parecía una oveja roya más. Luego, más adelante, cuando era más mocete y creció, cambió el capote marrón por las mantas de pastor a cuadros que traían a vender al mercado de Gómara desde Illueca (cuadro azul) o Enciso (raya verde). Decía que eran mucho mejor. Con ellas se jubiló de pastor cuando unos años más tarde su padre vendió las ovejas y él pasó a trabajar las tierras con el tractor. Las mantas pasaron entonces a estar siempre allí, detrás del asiento del tractor, en la cochera o arropando las patatas de la huerta. Así las recuerdo yo.

Unos cuantos años más tarde, por derivas y avatares absurdos de la vida, a un nieto suyo, hijo de la hija mayor, de la Fe, que jamás pisó el pueblo y menos aún una oveja, le dió por jugar sin suerte a ser pastor sin ganado y a vivir y convivir con los últimos pastores de esta ovejera tierra. Por hacer fotos, escribir en libretas y todo eso. Por el camino, se enamoró de una prenda, de un oficio y de la mejor fibra natural del mundo: la lana. Con un gran amigo igual de zumbado y de la otra punta de España, se lió la manta a la cabeza y transformó la lana merina de sus buenos amigos trashumantes en mantas y prendas textiles, reinterpretadas y traídas al presente. Cuatro diseños en total. Naturales. Ecológicas. Antibacterinas. Termoreguladoras. Suaves. Finas. Sin teñir. Sin químicos. Hechas aquí. En España. Sin ayudas. Sin cuentos. Por el mismo ánimo y motivo que le trae aquí casi todos los días: CREAR. Para eso estamos casi todos en este mundo. También en@mestas_wool.

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